Informe Nacional de Competitividad 2021 - 2022
Análisis del sector de productividad y emprendimiento
El presente es un documento realizado con extractos del Informe Nacional de Competitividad 2021-2022 correspondiente al apartado de productividad y emprendimiento, además con reflexiones propias que buscan contextualizar los datos y abrir el debate sobre como hacer realidad un futuro donde Colombia aumente de forma considerable sus niveles de competitividad y cuya transformación éste liderada por el sector privado.
Las reflexiones realizadas sobre el texto se realizarán en tipografia itálica, el texto original se mantendrá con su fuente predeterminada.
Contexto
Aumentar los ingresos que las personas devengan de sus empleos solo puede lograrse de manera sostenible incrementando la productividad laboral. En el largo plazo, una mayor productividad es la principal fuente de crecimiento del ingreso per cápita y la reducción de la pobreza. Además, de esta forma se permite que los hogares compren productos y servicios de mejor calidad o a un costo menor, lo que representa una mayor capacidad de compra.
Incrementar la productividad implica acciones en múltiples frentes, para impactar las tres vías de su crecimiento:
Aumentos en productividad dentro de las empresas existentes;
Reasignación de recursos desde empresas y sectores de baja productividad hacia empresas y sectores de alta productividad.
Entrada de empresas productivas y salida de empresas poco productivas.
Se estima que Colombia ha estancado su productividad desde comienzos del 90 y enfrenta retos en diferentes áreas:
La regulación y falta de competencia restringen la entrada de emprendimientos productivos, limitan el crecimiento de las empresas más productivas y desincentivan la inversión de empresas actuales en transformarse e innovar.
Retos en el capital humano de las empresas reducen su destreza en identificar oportunidades, gestionar riesgos y tomar decisiones para competir, invertir e innovar. Estos elementos derivan en una demografía empresarial poco productiva, sofisticada y diversificada donde coexisten un número menor de empresas grandes con un gran número de firmas pequeñas, informales e improductivas que no crecen ni salen del mercado.
Retos en la administración pública, la implementación de políticas y la incoherencia entre entidades públicas debilitan la capacidad del Gobierno para promover una mayor productividad.
Demografía empresarial
En Colombia hay pocas empresas grandes y muchos micronegocios altamente informales y poco productivos. Al igual que gran parte de América Latina, en el país es notoria la baja participación de empresas medianas entre esos dos extremos.
Colombia podría estar enfrentando una “trampa de informalidad y baja productividad”. Esa trampa radica en la elevada porción de la actividad empresarial que está compuesta por negocios de subsistencia con una contribución muy limitada al desarrollo. Dichos negocios reducen el espacio para que crezcan las firmas más productivas porque limitan la disponibilidad de factores de producción, en particular de la mano de obra.
Una microempresa de subsistencia no va a innovar tecnológicamente porque no tiene ni los recursos ni el capital, pero su innovación está en sintonía con el nivel de aprendizaje que logre obtener el empresario.
En el año 2019, había alrededor de 1.643.000 empresas registradas en el RUES, de las cuales alrededor de 20.000 tenían más de 50 empleados. Las microempresas registradas generan una fracción baja del empleo formal.
Las microempresas registradas de Colombia ―aquellas con nueve o menos empleados― generan el 15 % de los empleos formales, frente al 30 % en la OCDE (OCDE, 2018a). Un poco más del 1 % de las empresas más grandes del país generan el 67 % de los puestos de trabajo formales.
Productividad
Ser más productivo consiste en hacer más y mejor con los mismos factores productivos. Aumentar la productividad es beneficioso para toda la sociedad, entre otras razones, porque el empresario es más rentable y crece más rápido, el trabajador obtiene empleos mejor remunerados, y el consumidor accede a mejores productos de menor precio. En el largo plazo, la capacidad de mejorar los estándares de vida depende casi exclusivamente de aumentar la productividad.
Respecto a la productividad laboral, en 2020 una hora de trabajo generaba en Colombia el 35 % del producto que generó en la OCDE, menor al promedio de América Latina de 37 %. Esta brecha se ha reducido en 7 pp desde el año 2000, un avance positivo con respecto a América Latina, pero menor al logrado por países pares como Chile (15 pp), Costa Rica (15 pp) o Perú (10 pp).
PTF corresponde a los Productividad Total de los Factores.
Sofisticación y diversidad productiva
La complejidad económica ―sofisticación y diversificación de la producción― está asociada al crecimiento de la productividad y del ingreso, entre otros porque la producción de bienes más complejos promueve la difusión tecnológica.
El aparato productivo de Colombia, en particular, se caracteriza por tener una oferta exportadora poco sofisticada y poco diversificada. La siguiente gráfica muestra el “espacio de productos”, el cual representa con un punto cada producto que se exporta en el mundo: los puntos de color son productos que Colombia exportó en 2019, y los puntos grises son productos que el país no exporta. El tamaño de los puntos de color representa el valor de las exportaciones de Colombia.
Aumentos de la productividad de las empresas existentes
Entre los tres factores de aumento de la productividad ((1) el aumento de la productividad dentro de las empresas existentes, (2) la reasignación de recursos hacia sectores y empresas más productivas, y (3) la entrada y salida de empresas según su nivel de productividad), en Colombia el más importante ha sido el de aumentos en la productividad interna de las empresas. Alrededor del 65 % del crecimiento de la productividad ha sido fruto de esfuerzos internos, tanto en la mejora de procesos productivos como en un mejor posicionamiento de productos. Además, mejoras dentro de las empresas pueden generar incrementos de productividad sostenidos en el tiempo, lo cual potencia su efecto sobre la productividad agregada.
En el interior de las empresas, uno de los determinantes más importantes de la productividad es su capital humano. El nivel, la calidad y la pertinencia de la escolaridad y formación de este, así como su desarrollo continuo en un amplio rango de habilidades, contribuyen de manera determinante en la productividad de las empresas.
En este marco, las prácticas gerenciales y el gobierno corporativo de las empresas están relacionados con su productividad, pues influyen en la habilidad de las empresas de identificar nuevas tendencias tecnológicas, desarrollar planes para aprovecharlas y entrenar el capital humano necesario para ejecutarlos. El Departamento Nacional de Planeación (DNP) construyó un índice de capacidades gerenciales y ha mostrado que está relacionado con la productividad y el tamaño empresarial.
Al respecto, el nivel de prácticas gerenciales de las empresas en Colombia es menor al de países desarrollados. Una empresa promedio en Colombia obtiene la mitad del puntaje de prácticas gerenciales obtenido por una empresa promedio en Estados Unidos. Esto puede ser causado, en parte, por una autopercepción de capacidad gerencial elevada y falta de información sobre cómo se compara el nivel gerencial propio con el de otras empresas. De hecho, la brecha entre la calificación objetiva de las capacidades gerenciales y la autoevaluación de los gerentes colombianos es una de las más amplias del mundo. Desconocer que existe espacio para mejorar es una poderosa barrera para hacerlo.
Reasignación hacia sectores y empresas más productivas
Otros estudios coinciden en apuntar que,frente a economías avanzadas, en Colombia: (1) las empresas jóvenes crecen menos, (2) aquellas de baja productividad tienen menos probabilidades de ser reemplazadas por empresas nuevas, y (3) hay una concentración mayor de empresas viejas, pequeñas e improductivas, denominadas “empresas zombi”.
Efectivamente, Colombia ocupa la posición 105 entre 141 economías en el indicador de competencia doméstica del Foro Económico Mundial. Así mismo, sectores importantes de la economía presentan altos índices de concentración, como servicios financieros, transporte y telecomunicaciones.
Con respecto a la informalidad empresarial, solo el 26 % de los micronegocios tiene RUT, 13 % tiene matrícula mercantil, 1 % paga salud, pensión o administradora de riesgos laborales (ARL) a sus empleados, 2 % lleva estados financieros, 4,5 % declara impuesto a la renta, y 5 % declara impuesto de industria y comercio. Se estima que pasar a ser totalmente formal representa para una mipyme entre el 32 % y el 47 % de sus utilidades brutas anuales.
A su vez, la informalidad impacta negativamente la productividad agregada. Las empresas informales están atrapadas en un equilibrio perverso: el ahorro en carga regulatoria les permite competir con empresas más productivas que deben pagar los costos de ser formal y sobrevivir, pero al mismo tiempo no pueden crecer porque al hacerlo los costos de ser informal aumentan (como la probabilidad de ser sancionado), lo cual las inhibe a invertir y crecer. Este equilibrio perverso mantiene recursos humanos y físicos atrapados en empresas poco productivas con pocos incentivos a crecer.
Aumentar la productividad agropecuaria debe ser una prioridad, no solo porque influye en la implementación rigurosa de la PDP (Política Nacional de Desarrollo Productivo), pues representa el 30 % del presupuesto de la política, sino porque se estima que los aumentos de la productividad en el sector agropecuario tienen casi el doble de efecto sobre la reducción de la pobreza extrema que aumentos en otros sectores.
El valor agregado agropecuario por trabajador en Colombia equivale a alrededor del 7 % del valor agregado agropecuario en Estados Unidos. Ahora, si bien la PTF (Productividad Total de los Factores) agropecuaria ha crecido más que la de otros sectores de la economía, su contribución al crecimiento del sector entre 2001 y 2016 es un tercio de lo observado en el promedio de América Latina y el mundo.
Entrada y salida de empresas
La entrada de empresas más productivas al mercado puede ser un factor clave para aumentar la productividad agregada de la economía. Además, datos históricos de la industria manufacturera entre 1990 y 2012 en Colombia muestran que, aun si las empresas jóvenes representan una fracción pequeña del empleo total, son responsables de la gran mayoría de la generación de nuevo empleo cada año. Esto es particularmente importante hoy de cara al reto de generación de empleo en la reactivación económica.
Ahora bien, en Colombia los nuevos micronegocios no parecen ser más productivos que el universo de negocios ya existente. Para que la entrada de empresas contribuya a una mayor productividad, estas deben tener una productividad mayor al promedio de las empresas existentes.
Demanda por conocimiento y tecnología
Existe poca colaboración entre empresas y organizaciones generadoras de conocimiento como universidades o centros de investigación y desarrollo tecnológico. Alrededor del 3% de las empresas manufactureras que adoptaron tecnología o innovaron en los últimos dos años 12 colaboraron con organizaciones generadoras de conocimiento, comparado con el promedio de 18 % en América Latina.
De esto se derivan más preguntas, ¿cuál es la estrategia para desde el sector privado aumentar los niveles de productividad? ¿Que gremios son los más propensos a competir entre ellos? ¿Que sectores de producción estan permeados por intereses diferentes a la productividad, como puede ser el lavado de dineros del narcotráfico?
Nota
Las referencias bibliográficas originales fueron removidas pues no se pretende agregarlas al presente análisis, si se quiere tener una relación extensa del informe por favor remitase al siguiente enlace:
Si es de tu interés no dudes en contarme que te parecio este informe en el twitter
@GabrielAlzateA, estare presto a escuchar comentarios.